El pie cavo es una enfermedad bastante común. Esta patología puede comenzar a darse a una edad temprana y con intensidades diferentes, al punto de llegar a ser muy dolorosa.Según los expertos consiste en un arqueamiento del empeine que provoca un encogimiento del pie y, por tanto, que esta zona se encuentre más elevada de lo habitual. Los pies cavos se asocian con los dedos en garra o dedos martillo, las callosidades o las metatarsalgias y son todo lo contrario a los pies planos.
Esta enfermedad se caracteriza por la poca flexibilidad de las articulaciones del pie, así como por la inestabilidad debido a la falta de apoyos. Esto puede desembocar en otro tipo de lesiones como la fascitis plantar, esguinces o tendinits.
Causas del pie cavo
Existen multitud de factores por los que pueden aparecer los pies cavos. Los más usuales son las causas neurológicas, es decir, los que hacen referencia a los desequilibrios musculares, por ejemplo, el acortamiento o distensión de los músculos. Otro de los motivos puede ser la alteración osteoarticular, por traumas en las articulaciones o retracciones en las partes blandas de apoyo. Entre las causas más frecuentes de pie cavo podemos encontrar:
Causas relacionadas con problemas neurológicos
Causas relacionadas con alteraciones osteoarticulares
Causas relacionadas con alteraciones en las partes blandas del pie (piel, músculos, vasos circulatorios…)
Causas que son desconocidas, también llamadas idiopáticas.
Últimamente, hay muchos estudios que revelan que muchos pies cavos son de origen genético y que por lo tanto pasan de padres a hijos.
Dependiendo de que sea una causa u otra la gravedad de la deformidad en cavo será muy variable.
Síntomas del pie cavo
Ante un dolor del que no conoces su causa, la reacción siempre suele ser alarmante. En este caso se puede experimentar un dolor en la zona del arco y el talón y también en la parte inferior de los dedos. Además, también se notará cierta dificultad para utilizar algunos zapatos y una sensación constante de dolor al caminar. También es posible que note cierta inestabilidad por el dolor en la rodilla, cadera o tobillo.
Los síntomas más frecuentes por los que acuden los pacientes a consulta son:
Alteraciones en la forma del pie.
Dolor.
Alteraciones en la forma de caminar.
Esguinces repetidos.
Tratamientos al pie cavo
El tratamiento del pie cavo va a depender como es lógico de la edad de la persona que lo padezca, de la causa que lo produce y de la gravedad de la deformidad. Así, por ejemplo, en un niño recién nacido con un pie cavo estructurado, producido por una alteración en la posición de los huesos, seguramente será necesario realizar un tratamiento mediante cirugía y con la implantación de una férula que corrija la posición anómala de los huesos.
Los pies cavos producidos por problemas neurológicos necesitan un tratamiento precoz. Cuanto antes se comience a tratar la deformidad de los pies antes lograremos frenar la deformidad y corregirla siempre que podamos.
Además, es necesario que la enfermedad neurológica esté controlada por el especialista médico.
En casos menos graves, que son los más frecuentes, es necesario poner una plantilla correctora cuando se trata de un niño y una plantilla que evite los dolores en caso de personas adultas. Por regla general, además de las plantillas para pie cavo es necesario utilizar un calzado adecuado, del tamaño correcto del pie, con la horma recta, que se sujete bien con cordones o con hebillas, de un material lo más noble posible (cuero) y con un contrafuerte resistente para mantener el pie en buena posición.
También es necesario en muchas ocasiones el apoyar el tratamiento con plantillas y el calzado con una serie de ejercicios que nos ayuden a fortalecer y a estirar la musculatura responsable de mantener el arco del pie tan elevado.
Por lo tanto, a veces, es necesario contar con la ayuda de otros profesionales como es el fisioterapeuta.
Fuente: essalud.com