Cuando llega el calor y el sol nos ofrece una nueva temporada de vacaciones, es difícil resistirse a ir a la playa a relajarse. Aunque el sol tenga una serie de beneficios para nosotros no todo son ventajas, y una jornada de bronceado no tiene por qué ser del todo inofensiva.
Precauciones que tomar para tener una jornada tranquila
La primera y fundamental es echarnos crema o un aceite protector. Cuanto más blanca tengáis la piel más fuerte será la protección solar que deberéis usar. Esta es una práctica habitual y nos ayuda a ponernos morenos fácilmente y tener una agradable sensación placentera en compañía de la naturaleza. Recuerda que, aunque haya nubes en el cielo, los rayos del sol siguen llegando a tu piel, así que es importante que también te des crema en estas situaciones.
Buenas prácticas después de tomar el sol
Podríamos pensar que ya hemos acabado por hoy. Hemos recogido la toalla, nos hemos vestido y estamos de vuelta a casa. Sin embargo, nuestra piel se resiente cuando tomamos el sol, no sólo debemos hidratarla, sino también repararla en caso de quemaduras y ayudar a conservar el bronceado. Para ello, existe una gama amplia de productos que nos pueden ayudar. Nosotros hemos probado Ecran Aftersun y los resultados han sido muy buenos después de exposiciones de 4 a 6 horas tumbados al sol.
Esta leche reparadora nos la repartiremos por las zonas donde hemos tomado el sol, aliviando y refrescando la piel. Esta leche no sólo actúa como balsámico, nos puede ayudar también en caso de quemaduras leves, sintiendo una agradable sensación en las zonas con calentura. Será necesario aplicárnosla repetidas veces en caso de quemadura. Tenemos también el producto disponible con aloe vera, muy recomendable también.
Recordad que tomar el sol es una actividad muy saludable y placentera, pero debéis protegeros no sólo antes, sino también después de tomarlo.
Fuente: mejorconsalud
