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Tomar sol


Hay muchas controversias en relación a tomar sol o no. Es que el problema no está sólo en los rayos UV, sino también en la cantidad de tiempo que nos exponemos a ellos. Por ello, es que se aconseja estar frente al sol unos 15 minutos por día, teniendo en cuenta los horarios permitidos, sobre todo en verano: antes de las 11,30 de la mañana y después de las 17 horas. Conoce en este artículo para qué sirve tomar sol.


Fortalecer dientes y huesos

Cada vez que te bronceas el sistema óseo se fortalece. Esto se debe a que los rayos UV sirven para producir vitamina D sobre la piel. Es muy importante para la mineralización de tus huesos, ya que favorece en la absorción de calcio y fósforo en el intestino, evitando que se pierdan ambos en los riñones. Es cierto que esta vitamina debe tomarse con los alimentos mayormente, el sol es un plus muy interesante.
Nuestro organismo la produce sola cuando dispone de un compuesto llamado 7-dehidrocolesterol, que proviene de los rayos solares. Con 10 minutos de exposición semanal podrás recargar tus depósitos de vitamina D para evitar osteoporosis, descalcificación o raquitismo.

Mejorar el aspecto de la piel

Si tienes acné, tomar sol moderadamente puede ser de gran ayuda. Con media hora por día de los rayos UV en horas permitidas mejorará notablemente tu cutis. Debes exponerte a primera hora de la mañana o a última de la tarde, para no correr el riesgo de quemarte. Durante la primera semana es probable que empeore el cuadro, pero no debes asustarte, porque quiere decir que el sol está haciendo una reacción de limpieza, la dermis elimina la grasa y las impurezas, volviendo tu piel más grasosa que antes, esto será pasajero. Después la piel se va equilibrando y sanando de manera progresiva. También es bueno para los casos de psoriasis, reduciendo la escamación.

Estimular el sistema inmune

Por si no te has dado cuenta, luego de las vacaciones de verano tienes menos enfermedades que en invierno, sobre todo catarros o gripe. Esto se debe a que el sol aumenta la cantidad de glóbulos blancos y de linfocitos, encargadas de defendernos de virus, bacterias e infecciones.

Equilibrar el colesterol

Al parecer, estar al sol disuelve las grasas, también las que están en las arterias. Las personas que viven en climas donde está soleado la mayor parte del año tienen menos probabilidad de padecer enfermedades relacionados al corazón y al sistema circulatorio. Por otra parte, en verano los niveles de colesterol disminuyen, no sólo porque comemos más liviano, sino porque los rayos UV permiten metabolizar de otra manera las grasas y evitan que se “peguen” en las paredes de las arterias.

Disminuir la presión sanguínea

Algunos deportistas evitan, en el período de entrenamiento o competición, tomar sol. Es que provoca vasodilatación que aumenta la circulación de la sangre en la piel, mientras que reduce los valores de presión arterial. Incrementa la depuración de los tejidos y tiene efectos muy buenos en las personas con hipertensión. Al parecer esto se debe a que la vitamina D hace que los niveles de la hormona paratiroidea se reduzcan, liberando más calcio al organismo.

Proteger frente a algunos tipos de cáncer

Algunos de estos aparecen sólo en los países que tienen menos horas de sol cada día, como por ejemplo, en la zona nórdica, donde se desarrollan más el cáncer de mama o de colon. La vitamina D sería la explicación, porque tiene un efecto protector frente a los tumores. La luz solar ayuda a que no aparezca cáncer en los ovarios, el útero, la vejiga, la próstata y el estómago.

Ahuyentar la depresión

Seguramente te ha pasado que en los días soleados te sientes de mucho mejor humor que en los grises o lluviosos. También es probable que luego de pasar un día al aire libre te sientas con muchas energías. Esto es porque con la luz solar podemos ver el lado positivo de la vida, alejando el estrés, el cansancio y la depresión. Los rayos UV aumentan la producción de una hormona relacionada al bienestar, la serotonina. Este neurotransmisor también tiene relación con la conducta sexual, la regulación del sueño y la temperatura corporal.

Mejorar la calidad de sueño

Después de tomar sol dormirás “como un angelito”. No tiene que ver con que en las vacaciones estás más relajado o no tienes que oír el despertador para levantarte temprano. Los rayos del sol tienen un efecto positivo en la hormona melatonina, la cuál tiene muchas funciones, entre ellas, regular el sueño. Los niveles de esta hormona son mayores durante la noche, porque cuando hay luz desciende y es por eso que nos sentimos más activos. Esta es otra de las razones por la que a las personas les resulta más difícil dormir durante el día.

Favorecer la vida sexual

Seguramente en verano (y no sólo en las vacaciones) tu actividad íntima es más intensa. La explicación se encuentra en la hormona testosterona, que aumenta cuando se está en contacto con el sol. Es la responsable de tener más “apetito” sexual. Por ejemplo, en las razas animales, el apareamiento y reproducción están reguladas por las horas de sol y calor. A la vez, se sabe que el esperma de los machos (incluidos los hombres) tiene mayor cantidad de espermatozoides durante el verano y los días de calor.

Proteger de las esclerosis múltiple

Si bien todavía no está comprobado, el sol tiene relación con esta enfermedad degenerativa del sistema nervioso. Esto se debe a que la vitamina D aumenta y ayuda a evitar que la padezcamos en el futuro. La incidencia de la esclerosis múltiple es mayor en aquellos países con pocas horas de sol al día o al año.

Fuente: mejorconsalud


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